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A menudo se dice que adoptar un estilo de vida sostenible requiere una inversión económica considerable. Sin embargo, en el caso de la calefacción por biomasa, es posible conseguir un doble beneficio: sostenibilidad medioambiental y ahorro económico.
Estos dos conceptos son sumamente importantes, el primero suscita un interés creciente entre las personas y el segundo sigue siendo sempre pertinente.
Examinemos pues, cómo se manifiestan la ecosostenibilidad y el ahorro al considerar la instalación de estufas o chimeneas de biomasa.
A menudo se suele asociar la imagen de la leña quemándose y el humo saliendo por las chimeneas con la idea de una calefacción que no es amiga del medio ambiente. ¿Porqué afirmamos lo contrario?
Tanto la leña como el pellet son biomasas, y este es un punto fuerte para la sostenibilidad medioambiental.
Las biomasas se regeneran constantemente mediante un proceso en el que intervienen la energía solar, el dióxido de carbono, el agua y las sales minerales en ella disueltas. Esta reproducción continua mantiene el equilibrio del ecosistema, lo que les confiere un importante atributo: la renovabilidad.
La biomasa que se vende para estufas y chimeneas procede de la tala de los bosques, algo muy distinto de la deforestación.
De hecho, es necesario distinguir entre:
Por lo tanto, la tala del bosque es una actividad fundamental para preservar la salud de esa misma zona forestal. Gracias a las estrictas normativas comunitarias, nacionales y regionales, es posible obtener biomasa para calefacción sin comprometer el crecimiento del bosque, que sigue prosperando y embelleciendo la zona con su exuberante vegetación.
Esta es una diferencia significativa con respecto a los combustibles fósiles, que requieren la extracción de materiales del subsuelo que tardaron millones de años en formarse y que tardarán el mismo tiempo para volver a regenerarse.
Además, la biomasa no añade nuevo CO2 a la atmósfera, ya que forma parte de un ciclo natural que continua sin interrupción. Como explica la BAFU (Oficina Federal del Ambiente de la Confederación Helvética):
“La combustión de la leña libera la cantidad de CO2 (dióxido de carbono) previamente absorbida por los árboles durante su crecimiento. Si la madera se dejara pudrir en el bosque, en cualquier caso se liberaría la misma cantidad en la atmósfera. Por tanto, el uso de leña tiene un balance cero de emisiones de CO2 y no contribuye al efecto invernadero”
Por lo tanto, el CO2 liberado durante la combustión es el mismo que se liberaría en el proceso de descomposición y no contribuye al calentamiento global, a diferencia del gas, del petróleo y el carbón.
Hoy en día las emisiones de CO2 de un sistema de calefacción de pellet o leña son menos de una décima parte de las emisiones producidas por el gasóleo: por un Megawatio-hora de energía, el gasóleo emite 326kg de CO2 a la atmósfera, mientras que el pellet emite solamente 29kg.
A beneficio de la transparencia, informamos que las emisiones de partículas suelen asociarse a la combustión de biomasa. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los niveles de partículas emitidos por estufas y chimeneas se reducen cada vez más, tanto gracias a los avences tecnológicos de empresas como Piazzetta, como a la aplicación de normas más estrictas.
En nuestros laboratorios estudiamos constantemente nuevas soluciones para desarrollar productos que garanticen siempre mayores prestaciones y menores consumos, con el objetivo de reducir al mínimo posible la emisión de partículas.
El uso del pellet y de la leña ofrece numerosas ventajas que contribuyen al ahorro. La alta eficiencia energética, la flexibilidad del sistema para encenderlo solo cuando se necesita, el menor coste del combustible y el uso de generadores modernos son factores que convergen hacia la misma conclusión: en cuestión de calefacción, se puede ahorrar.
Leña y los pellets ofrecen ventajas diferentes. La primera tiene óptima disponibilidad y es fácil de conseguir, tiene un coste bajo, es fácil de utilizar y permite el uso de la estufa incluso sin electricidad. El segundo tiene un contenido de humedad muy bajo lo que le permite arder por más tiempo y producir más calor (a igual peso que la leña), es fácil de gestionar y almacenar, permite programar el encendido y apagado de la estufa (esto también propduce ahorro) y es más fácil gestionar el calor al poder regular la temperatura de ventilación.
¿Es posible cuantificar este ahorro?
El blog (energía de la leña) presentó un cálculo orientativo de lo que puede suponer el ahorro de una estufa de pellets como complemento del sistema de calefacción de una casa de 100m².
La necesidad energética de una casa de este tamaño, se estima en 12MWh. Suponiendo que la estufa aporte el 50% de la calefacción total y considerando un costo de 65€/MWh, gastando 390€ se ahorraría un 6% en metano, un 25% en gasóleo e incluso un 36% en GPL.
Algunos usuarios pueden quejarse de las fluctuaciones de los precios de la biomasa. Sin embargo, en estos momentos, el precio del kilo ha vuelto a los niveles anteriores al conflicto ruso-ucraniano. Comprar un buen stock de pellet o leña en este momento puede ofreceer una ventaja significativa para el próximo invierno, evitando posibles sorpresas que no se pueden descartar.
Por último, es importante tener en cuenta que su se produjera un aumento simultáneo de los precios tanto de la biomasa como del gas, los beneficios económicos seguirían siendo favorables a la biomasa, aunque en menor medida.